Desde el dibujo y la coloración, hasta el stop motion y las animaciones 8-bit, hemos avanzado bastante. Pero hay otro cambio que también se hace notable: la finalidad de la animación ya no es solamente para niños como algunos creyeron serlo.
Contar historias es una de las formas didácticas más antiguas y un acto compartido por todas las culturas del mundo. Los profesores ahora tienen la ventaja de poder añadir tecnología a las historias. ¿Puede sonar interesante, pero qué exactamente significa esto?